Mándale algo para las defensas, que empieza la guardería.

Empiezan las clases, los niños enferman y nos empezamos a preocupar por sus defensas. Sabemos que los niños en edad preescolar pasan entre 8-10  infecciones respiratorias al año. Si las concentramos durante el curso escolar (en verano suelen enfermar menos) nos sale a un episodio cada 3 o 4 semanas.  Un catarro de vías altas puede durar unos días, pero la tos residual y algo de moco pueden persistir hasta 3 semanas. Resultado: todo el invierno con mocos. Entonces llegan los pedidos de auxilio: mándale algo para las defensas, por favor.

Pero ¿tiene un problema de defensas? Probablemente no.

Si tuvieran un problema de defensas, los niños no tendrían un catarro, una diarrea o una gripe.  Tendrían una meningitis, una neumonía o una otitis complicada. 

Sus defensas están perfectamente, solo que no tienen aún recursos suficientes para repeler el ataque de tantos virus nuevos para ellos. No han desarrollado aún anticuerpos protectores y están aprendiendo a defenderse.

¿Qué podemos hacer ?

Puede sonar a tópico, pero una dieta sana, evitar el tabaco y hacer ejercicio regularmente son los mejores aliados para nuestras defensas. También para las de los niños.  Además de ofrecerles leche materna hasta que quieran y vacunarlos, claro. No hay fórmulas mágicas.

¿No le puedes mandar unas vitaminas o algo natural para las defensas?

Muchos productos prometen mejorar las defensas, pero me temo que ninguno lo consigue.

Equinacea

La equinacea es una planta a la que se le atribuyen múltiples propiedades beneficiosas para el sistema inmune. Aunque hay algunos estudios que demuestran su eficacia, no son estudios de calidad. Como éste, para el tratamiento de la gripe, que es un estudio in vitro, es decir, en cultivos de laboratorio, no en pacientes. La última revisión sistemática de la Cochrane (organización independiente que analiza en conjunto los resultados de todos los estudios publicados) no encuentra que sea efectiva en la prevención o tratamiento de los resfriados y sí algunos efectos secundarios que podrían ser graves.

Vitamina C

La vitamina C que obtenemos naturalmente de la dieta (sobre todo de las frutas y verduras frescas) sí que juega un papel importante en el funcionamiento normal del sistema inmune. Pero su suplementación sistemática no solo no es necesaria (porque en la alimentación normal ya tomamos suficiente) sino que no tiene un efecto protector adicional.

El propóleo, para las abejas

Propóleo

El propóleo es una sustancia producida por la abejas que utilizan para cubrir el interior del panal, sellar las celdas  y reparar grietas. Se han identificado unos 300 componentes con actividad biológica. La EFSA (European Food Safety Authority) que  es la autoridad europea que evalúa la composición y seguridad de los productos alimenticios y la que confirma y autoriza (o no) las afirmaciones «saludables» que hacen los fabricantes de sus productos considera que NO tiene ninguna de las propiedades por las que se le conoce: no mejora la salud respiratoria, no es antibacteriano, no mejora los dolores de garganta, no mejora la digestión, ni la salud intestinal ni la inmunidad, ni protege el hígado ni evita  la oxidación celular.  Además, como todo producto biológico, tiene un potencial tóxico que no está bien establecido (300 componentes con actividad biológica son muchos componentes) Se han descrito casos de eczemas, alergias, problemas digestivos y de coagulación.

Jalea real

La producen las abejas para alimentar exclusivamente a la reina. Al ser el crecimiento de la reina tremendamente rápido y su vida media muy superior a la del resto de las abejas, se le han atribuido a la jalea real propiedades como super alimento.

Está compuesta mayoritariamente de agua, proteinas (18%), azúcares (15%)y grasas (5%). Aunque contiene vitaminas del grupo B y minerales (1%) y sus  proteínas tienen todos los aminoácidos esenciales, las cantidades que podríamos consumir son tan pequeñas que su importancia en la dieta es despreciable. No hay ningún estudio que confirme que su consumo produzca  beneficios para la salud y si existe un riesgo real de reacciones alérgicas graves.

Polen de abeja

Es el polen que las abejas recogen de las plantas. Se le atribuye propiedades para mejorar la inmunidad, o ayudar en la pérdida de peso.

No hay ningún estudio  que demuestre estos beneficios  y sí reportes de reacciones alérgicas graves con  anafilaxia en casos con y sin antecedentes de alergia a pólenes, fotosensibilización, fallo renal y hepático y problemas cardíacos. Las autoridades sanitarias desaconsejan su uso en niños.

Imunoglukan

Está catalogado como complemento alimenticio derivado de una seta comestible  (Pleurotus ostreatus). Aquí la EFSA no encuentra evidencias suficientes para poder indicar que mejora la inmunidad. En las revistas científicas solo aparece un estudio de eficacia, realizado con un grupo reducido de niños (175), donde no se dan muchos detalles de cómo se valoran los resultados y que casualmente está financiado por el laboratorio que lo produce.

Homeopatía 

La homeopatía no ha demostrado nunca que sirva para nada, mas allá del efecto placebo. Tampoco sirve para aumentar las defensas. En este enlace a Bebés y Más hay una explicación sencilla y rápida de porqué no funciona. Si quieres saber más, el gobierno australiano rechazó en 2014 la homeopatía como tratamiento y publicó un exhaustivo informe con toda la información disponible y que, por supuesto, no deja ningún lugar a dudas.

Ya sabes. Si ves que el invierno se hace largo y los mocos no se acaban nunca, no desesperes. Las defensas de tu peque no tienen ningún problema. Solo se están entrenando.

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