El exceso de ruido y la audición en los niños.

Los problemas de pérdida de audición por exceso de ruido son conocidos en adultos expuestos de forma prolongada a ruidos excesivamente altos, como trabajadores industriales, aquellos que trabajan con maquinaria ruidosa, o en entornos especialmente ruidosos como  un aeropuerto. Sin embargo estos problemas se empiezan a ver también en niños que usan dispositivos de música y juegos portátiles con auriculares-

Niños que usan dispositivos de música y juegos portátiles con auriculares tienen riesgo de pérdida auditiva por exceso de ruido.

 

La pérdida auditiva se puede producir a distintos niveles del sistema auditivo. Aquí puedes ver cómo funciona el oído, en solo 3 minutos.

 

La pérdida auditiva por trastorno de conducción sucede cuando la señal acústica simplemente no llega a la cóclea, la zona del oído que recibe el estímulo auditivo y lo transmite al cerebro. Puede ser por cera en el conducto auditivo o porque haya líquido en el oído medio. Es lo típico cuando hay una otitis, por ejemplo. Un trauma acústico importante podría dañar el tímpano y producir pérdida auditiva pero no es frecuente en niños (hace falta un ruido muy intenso para que esto suceda)
El daño auditivo por ruido se produce mayormente por lesiones a nivel de la cóclea. La cóclea es la parte del oído que recibe el estímulo auditivo y lo transforma en una señal eléctrica que, a través del nervio auditivo, se dirige al cerebro donde se interpreta. Las células de la cóclea que se encargan de ésta función se llaman células ciliadas. En español éste nombre no nos dice mucho. En ingles se denominan «hair cell». Células con pelos. Al microscopio electrónico se ven perfectamente estos pelos. Prolijamente peinados cuando están sanos. Completamente despeinados cuando han sido dañados por un ruido excesivo. Y lo peor es que no hay peines. Nada puede restaurar el daño una vez que se ha producido. ¿Quieres ver cómo el ruido daña a las celulas ciliadas? Pincha aquí.
Fuente: Centers for Disease Control and Prevention

Afortunadamente tenemos muchas más células ciliadas de las que son necesarias, pero a la larga pueden acabar disminuyendo tanto que empiece a notarse el daño auditivo.

Además, en niños el estímulo auditivo es necesario para el desarrollo de las zonas del cerebro que procesan la información auditiva, así que

Si el niño no oye bien, tampoco se desarrollará bien la parte del cerebro encargada de ésta función.

 

Estímulos auditivos intensos pero breves pueden producir efectos transitorios, parcialmente reversibles, como zumbidos o sensación de que todos los sonidos están como atenuados. Esto es frecuente por ejemplo después de un viaje en avión o después de un concierto. Aunque es reversible, no lo es por completo y debe servirnos  de señal de alarma de que la exposición ha sido excesiva. Es importante enseñar a los niños a reconocer estos signos de alarma. Esta magnífica infografía de @boticonsejos nos puede ayudar.

 

 

La exposición cada vez más frecuente de los niños a dispositivos portátiles con auriculares los pone en riesgo de un exceso mantenido de ruido lo que puede desencadenar a la larga un daño auditivo.

La mejor medida preventiva es controlar el volumen

Lo ideal es que el nivel de ruido esté por debajo de los 85 dB, pero esta medida a  veces es difícil de conocer, por lo que habrá que guiarse por otros parámetro, más indirectos.

  • Es mejor escuchar música en ambientes poco ruidosos. Si hay mucho ruido alrededor es probable que tengamos que subir el volumen por encima de los niveles adecuados.
  • Una buena forma de saber si el volumen es adecuado es que tengamos la sensación de estar cómodos con ese nivel de ruido. Si el volumen nos parece «demasiado alto» probablemente lo sea. Es importante ayudar a los niños a encontrar ese nivel personal.
  • Otra forma de saber si el volumen es demasiado alto es preguntar a los que nos rodean si pueden escuchar lo que estamos oyendo. Si lo pueden oír probablemente el volumen sea excesivo.
  • Tomarse un descanso cada 15-20 minutos es una buena forma de permitir que el oído se recupere.
  • Existen tapones especiales que pueden atenuar hasta 30 db y  protectores externos tipo cascos o auriculares (como los que se usan en la industria) que pueden atenuar otros 30 db.
    • Un concierto, independientemente del tipo de música o de la distancia a las fuentes de sonido, puede llegar a los 120 db. La Academia americana de ORL insisten en que los niños que acuden habitualmente a conciertos o espectáculos musicales debería usar tapones o protectores externos para evitar daño auditivo .
    • Estímulos auditivos muy intensos, como un disparo de arma de fuego o fuegos artificiales  por ejemplo, puede estar sobre los 160 dB. En éstos casos, si no se puede evitar la exposición, se debería recurrir a utilizar ambos tipos de protección: tapones y protectores externos .

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